El aficionado del Alba lleva tiempo sin poder vibrar en las gradas del Carlos Belmonte, templo de grandes victorias del Albacete Balompié pero también de dolorosas derrotas y anodinas tablas en el marcador. Nuestro querido Albacete parece no levantar cabeza en esta temporada marcada por la ausencia de espectadores en los estadios a causa del covid-19 ocupando los puestos más bajos de la tabla de la Liga Smartbank durante la mayoría de las jornadas.
Cómo el panorama no es demasiado halagüeño, es una buena ocasión para recordar tiempos mejores en los que Alba lograba grandes gestas y goles, donde ocupaba portadas de periódicos y protagonizaba los mejores momentos de cada jornada futbolística. Estos son nuestros 10 partidos históricos preferidos del Albacete Balompié, ¿cuáles son los tuyos?
Albacete – Salamanca – Ascenso a Primera. Temp. 90/91.
Que tiempos aquellos, ¿verdad?. Dos cañonazos de Zalazar, dos goles en los minutos 56 y 65, liderato en el bolsillo por delante del Deportivo de la Coruña y el Real Murcia y directos a la Primera División Española en un ascenso meteórico que llevó al Alba de la Segunda B a la Segunda y de ahí a la máxima categoría.
Aquel 9 de junio de 1991 comenzó una nueva y gloriosa etapa para nuestro Alba en el que puede considerarse el capítulo piloto del posteriormente denominado «Queso Mecánico». Tras largas temporadas en el fútbol no profesional, el equipo blanco dirigido por un tal Benito Floro, entrenador de orígenes asturianos y formación levantina, llamó la atención de todo nuestro fútbol con un juego vistoso protagonizado por una serie de jugadores tocados por una varita.
El ansiado ascenso
Una conjunción de hombres que todo aficionado del Alba puede recitar de memoria; Conejo, Coco, Menéndez, Catali, Zalazar, Antonio, Parada, Juarez, Corbalán, Monfi…Aquella calurosa tarde de verano nadie faltó a la cita. Si no eras de los afortunados que llenaron el estadio manchego, estabas pegado al transistor. Si no saliste a celebrar el ascenso por las calles de Albacete es que no vivías en la ciudad. Todo lo que vino después es historia.
Albacete – Barcelona – Empate a 1.Temp. 91/92.
Temporada de debut del Alba en Primera División. Nadie esperaba que aquel eufórico «Europa prepárate» gritado por Catali en el balcón del Ayuntamiento estuviera tan cerca de convertirse en realidad. En la primera jornada, una derrota por 2-0 en el Sadar no auguraba lo que vendría después. Goleadas a clubs añejos como el 4-0 al Athletic de Bilbao, derrotas por 1-0 a equipos con solera como el Valencia en el primer partido celebrado en Primera División en el Belmonte o el empate en casa frente al Barcelona de Johan Cruyff fueron un chute de confianza que llevaría al Alba a aspirar a cotas mayores.
Aquella tarde de Noviembre, el Alba se metió de lleno en el barro. Las medias blancas cogieron el color del césped mojado y las camisetas blaugranas se empaparon en sudor como nunca antes en las 11 jornadas previas de aquella temporada 91/92.
Gol de Catali
El Alba hizo su primera demostración de resistencia y carácter frente a un club de talla mundial. El Barça de los Stoichkov, Koeman, Guardiola, Laudrup, Zubizarreta, Amor, Bakero o Beguiristain (titulares todos en aquella tarde) tuvieron que trabajar duro para neutralizar el gol de Catali y conseguir un empate a uno en el feudo manchego, escaso tanteo para las aspiraciones al título de los culés, a la postre campeones de Europa por primera vez en su historia en aquella temporada.
El partido de vuelta en el Nou Camp, con un doloroso 7-1 contra el Alba, también es historia, pero mejor no recordarla en esta ocasión.
Racing de Santander – Albacete. El partido de los 10 goles. Temp.95/96
En el fútbol actual cuando hay muchos goles en un solo partido, suelen ser en una misma portería. En los años 90, sin embargo, es posible encontrar un buen puñado de duelos a muerte durante 90 minutos donde la táctica brillaba por su ausencia y la anarquía (y alegría) se imponía sobre el césped. El fútbol desatado. El jugar con las entrañas. La bondad extrema de las defensas. El ir de portería a portería a ver quien mete más goles, algo tan básico y tan antiguo como el propio fútbol.
Partidos sin defensas
Hoy no recordamos la defensa titular del Racing de Santander y del Albacete en aquel partido de la temporada 95/96, pero sí el marcador final tanto como lo recuerdan Ceballos y Marcos, porteros titulares en aquella tarde de Enero de 1996, donde Bjelica y Alberto, por partida doble, Billabona, Faizulin, Josico, Coco, Popov y Luna fueron los goleadores.
Albacete – Salud. 11 goles blancos. Temp. 89/90.
Si hablamos de cantidad de goles hemos de recordar una de las más abultadas a favor del Albacete Balompié en su historia; el 11 a 1 al CD Salud. Aquel equipo canario perteneciente al barrio tinerfeño de La Salud (y transformado años después en el Tenerife B) llegó como colista del Grupo 3 de la Segunda Divisón B al Carlos Belmonte. El Albacete de Benito Floro era, por contra, líder absoluto, mostrando las buenas maneras que le llevarían, como un auténtico cohete, de Segunda B a Primera División.
«Curarse en Salud»
El Alba de Floro no tuvo piedad de los canarios. 11 goles a favor por 1 en contra. Menéndez, Chesa, Huedo, Corbalán y Antonio (ambos en tres ocasiones) y Patri (en dos) fueron los goleadores de aquella tarde de 30 de Diciembre de 1989. Un saco de goles antes de tomarse las uvas y entrar en el año en que el Albacete alcanzaría la segunda división española.
Albacete – Athletic Bilbao. Muchos goles, más en contra. Temp. 92/93.
Y si de cantidad de goles hablamos, no podemos olvidar otro partido con 9 goles conseguidos, aunque esta vez con el resultado en contra de nuestro Alba. Uno de los últimos partidos de la temporada 92/93, en concreto en la jornada 32 fue el Albacete – Athletic de Bilbao, con resultado de 4 goles a 5 a favor de los leones. Lo llamativo de aquel inolvidable encuentro fue que en el minuto 60 de partido el marcador era de 0-5. Pocos presagiaban lo que ocurriría después.
Casi, casi…
En apenas media hora, el Albacete se rehizo de una manera sorprendente y cerca estuvo de neutralizar los goles conseguidos por Ernesto Valverde y Cuco Ziganda. Antonio López Alfaro en dos ocasiones, Zalazar de penalti y el Loco Dos Santos dejaron el partido a un único gol por detrás para el cuadro manchego a falta de 15 minutos para su finalización. Tan cerca estuvo el empate que Juanjo Valencia, arquero del Athletic de Bilbao recuerda aquel encuentro como el más raro de su vida consiguiendo sacar los colores al mismisimo Jupp Heynckes.
Como anécdota cabe recordar que aquel partido se disputó entre semana al ser el partido aplazado por el fallecimiento del delantero panameño del Alba, Rommel Fernández.
Albacete – Levante. Aquel gol de Simeón. Temp. 02/03
José Vicente Simeón nació en Silla (Valencia), misma localidad donde un tal Benito Floro comenzaba a dar sus primeros pasos como entrenador de fútbol. Pura coincidencia quizá, pero el caso es que el pequeño José Vicente estaba, de alguna manera, predestinado a acabar jugando en el Alba y a ser el artífice de uno de los goles más importantes y recordados de su historia.
Situémonos. Mañana de domingo. 27 de abril de 2003. Jornada 33. El Albacete Balompié de un tal César Ferrando, natural de Tabernes de Valldigna, a escasa media hora de Silla, por cierto, era líder de la Segunda División. Recibía al Levante, cuarto clasificado con las cámaras de Canal Plus como testigo. Murcia, Zaragoza y el propio Levante apretaban en la tabla y el cuadro manchego no podía dejar escapar los tres puntos de cara a afrontar con aspiraciones la recta final de temporada. Llegados al minuto 47, Amato y Congo pusieron el 0-2 en el marcador. El Alba estaba en la cuerda floja.
Lo de Basti y Simeón
Esa mañana, Simeón «el predestinado» fue el primer sorprendido por su titularidad después de un calvario de lesiones. La entrada del malagueño Basti cambió el rumbo del partido. No por su excelencia futbolística sino por su innata capacidad para remover el avispero, para hacer gritar a los aficionados allí congregados. Mikel, el delantero de apellido «tres en uno» Aguirregomezcorta, puso de cabeza el empate. En el minuto 95, el de Silla puso una falta que nadie tocó. El destino así lo quiso. El Albacete empató el partido y unas jornadas después ascendía, de nuevo, a primera división.
Albacete 6-2 Sporting de Gijón. Set para el Alba. Temp. 92-93.
Estamos, probablemente, ante uno de los partidos más perfectos del denominado Queso Mecánico, que en aquella temporada 92/93 buscaba su sitio y llenar el vacío dejado por la marcha de Benito Floro al Real Madrid. Cuatro entrenadores dirigieron al Alba en aquella temporada; Julián Rubio, Mariano Hernán, Ginés Melendez y por último, Victor Espárrago. Con este último el Alba recuperó la senda del triunfo y logrando grandes victorias como la goleada 6 a 2 frente al Sporting de Gijón, una tarde de 21 de marzo de 1993, tan solo una jornada antes del famoso gol de Zalazar al Atlético de Madrid.
Set y partido
El Belmonte vio como en el minuto 1 de partido, el hispano-danés Thomas Christiansen marcaba el 0-1. Lejos de venirse abajo por el revés, el Loco Dos Santos sacaba su olfato goleador a relucir marcado dos goles en los minutos 10 y 20. El internacional Manjarín ponía el empate en el que sería el último gol de los de Mareo en aquella tarde. A partir de ahí, Menéndez, el malogrado Rommel Fernández, de nuevo Dos Santos y Julio Soler en un gol de bellisima factura y también muy recordado, cerraban el abultado marcador de 6-2 en una tarde para el recuerdo de todo aficionado al Alba.
Ese año el Albacete jugaría la promoción, derrotando al Mallorca y permaneciendo, otro año más en la máxima categoría.
Albacete – Atletico de Madrid. El gol de Zalazar. Temp 92-93.
Hay partidos que pasan a la historia más que por su resultado o la belleza de su juego, por los goles que se marcan en él. El Albacete – Atlético de Madrid de la temporada 92-93 es uno de ellos. Probablemente el misil que el uruguayo José Luis Zalazar lanzó desde su casa hasta la portería custodiada por el portero Diego, sustituto ocasional de Abel Resino, sea uno de los goles más recordados por el viejo aficionado albaceteño. Pero también por cualquier aficionado al fútbol español que disfrutó de los goles del uruguayo durante muchas temporadas.
Zapatazo desde Montevideo
Casi que el buen resultado del Alba frente al equipo colchonero aquel día (2-1) fue lo de menos. En la retina queda aquel zapatazo intencionado del de Montevideo. No es el único gol desde el centro del campo del Alba que ha pasado a la historia del fútbol español. Francisco en la temporada 2004/2005 repitió gol desde larga distancia frente al mismo rival. O el gol del «Torito» Acuña frente al Sporting de Gijón, en la temporada de Luis Miguel Ramis, la 2018/2019, otra temporada que el aficionado albaceteño nunca olvidará.
Albacete – Atletico de Madrid. Logro en la Copa del Rey. Temp 11-12.
De gestas de equipos de Segunda B frente a los más grandes presupuestos de la Primera División está llena la Copa del Rey. Prácticamente en todas las ediciones de este torneo hay un equipo que logra hacer suya la leyenda de David contra Goliat a base de tesón y entrega, derrotando a plantillas repletas con jugadores internacionales y consiguiendo alcanzar cotas difícilmente pronosticables. En la temporada 2011-2012 ese «David» fue el Albacete Balompié, recién descendido de Segunda División y encuadrado en el Grupo I de la Segunda División B, dirigidos por Antonio Gómez y con una plantilla formada por jugadores como Antonio Calle, Victor Curto, Adriá Granell…
Antes del Cholo
Aquel Atlético de Madrid estaba entrenado, con más pena que gloria, por Gregorio Manzano, bastante cuestionado en su puesto por haber perdido 7 de 15 partidos en Liga, dos de ellos con dolorosas goleadas frente a Real Madrid y Barcelona. Tras perder por 2 goles a 1 en el partido de ida celebrado en el Carlos Belmonte con goles de Calle y Zurdo por parte del Alba, el bueno de Goyo no guardó ninguna baza en su banquillo y alineó a sus mejores jugadores, sabedor de que un descalabro copero frente a un Segunda B podría costarle su puesto de trabajo. De esa manera jugadores de la talla de Asenjo; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis, Diego, Koke o Falcao fueron de la partida.
Pero poco duraron las esperanzas del entrenador jienense. Antes de cumplirse el minuto 1 de partido, un pepinazo de Victor Curto sorprendió a Sergio Asenjo y a todo el estadio Vicente Calderón. Los cientos de albaceteños que hasta allí se desplazaron hicieron vibrar el fondo del desaparecido estadio colchonero, arropando al Alba para aguantar las acometidas del rival durante los 90 minutos de partido. El resto ya es historia…el Alba pasó de ronda (enfrentándose y cayendo dignamente frente al Athletic de Bilbao) y precipitó la llegada triunfal del Cholo Simeone al banquillo del equipo del Manzanares.
Albacete – Deportivo de la Coruña. 2-8 y Molina de portero. Temp. 94/95.
A veces es necesario recordar los grandes tropiezos para entender la esencia de un club de fútbol. Y este partido lo recordamos todos. Eso es así. No por bonito sino por doloroso. Era el año 1995, los últimos coletazos del adorado y añorado Queso Mecánico. El Albacete del retornado Benito Floro llegaba a la última jornada ocupando el puesto 15º de la tabla, dos por encima del descenso y jugándose un puesto en la promoción frente a rivales como el Compostela y el Atletico de Madrid. El Deportivo de la Coruña llegaba ya sin aspiraciones al título, puesto que el Real Madrid se había proclamado matemáticamente campeón del torneo. Y además con la cabeza puesta en la Final de Copa del Rey.
Y Molina de portero
Aquel 18 de Junio de 1995, José Francisco Molina, posterior arquero deportivista, defendía la portería manchega lidiando contra las acometidas gallegas y también frente a su propio estado de nerviosismo. Tan solo habían pasado 7 minutos de partido cuando Djukic marcaba un gol desde el centro del campo pillando a Molina algo preocupado en sus propios asuntos particulares. Aunque el Alba se repuso gracias al gol de Andonov, la expulsión posterior de Albert Tomás hizo que el castillo levantado por el Albacete se derrumbase. Empezaron a caer los goles del lado coruñés, con Julio Salinas y Manjarín como máximo artífices.
El resultado final, 2-8, fue un duro varapalo para el Alba que quedó muy tocado en su propia confianza. Tanto, que en la promoción de descenso volvió a ser un flan en casa, recibiendo 5 goles de la U.D. Salamanca en otra tarde aciaga a pesar de traer un resultado de 2 goles a favor del encuentro de ida. El Alba descendió en el campo y recuperó su lugar en los despachos…aunque no por mucho tiempo. Era el fin de una era.
(Actualización) Deportivo de la Coruña – Albacete. De cabeza a Segunda.
No todos los partidos jugados por el Albacete Balompié hacen méritos para entrar en este histórico listado, pero de vez en cuando, los caprichos del destino hacen que un partido sea digno de pasar a la historia. Ocurre muy de cuando en cuando, pero ocurre. Y eso nos obliga a actualizar este post que creíamos que permanecería intocable por mucho tiempo. Y es que la tarde del 11 de junio de 2022 sucedió todo al revés de lo que marcaba la lógica.
Desafiando a la lógica
La lógica decía que el Albacete llegaba a los playoffs de ascenso a la segunda división de la temporada 21/22 en cuestionable estado de forma, habiendo perdido el liderato de su grupo y posteriormente la segunda plaza, entre silbidos de su público y ambiente enrarecido. Decía que había un rival con el que no cruzarse, el Deportivo de la Coruña, el enemigo más poderoso de toda la categoría que, además, por azares de la neutralidad federativa, jugaría el partido de playoffs en su estadio, ante su público y con todo a favor. La lógica también decía que Jordi Sánchez era popular entre el aficionado manchego por su enorme fuerza de voluntad pero su escaso acierto de cara a puerta. Pero la lógica no siempre lleva la razón.
El Albacete Balompié logro un ascenso totalmente insospechado con una pizca corazón y sobre todo, mucha cabeza (en concreto las de Alberto Jiménez y Jordi Sánchez) al rival más temido, en su propio estadio y remontando un marcado adverso inicial. El minuto 115 de partido y el testarazo a la escuadra del afanoso Jordi Sánchez desafió a lo establecido y puso, de nuevo, al Alba en la segunda categoría del futbol español, dejando a los aficionados deportivistas con el rostro perplejo y el ánimo fundido.
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