El cambio de nombres de las calles de Albacete

El cambio de nombres de las calles de Albacete

En Albaceteguía hemos repasado el origen de los nombres de cada una de las calles de nuestra ciudad pero no siempre las calles de Albacete se han llamado como hoy día se conocen. El callejero de la ciudad ha sufrido modificaciones, tanto en su capital como en sus pedanías para dejar atrás nombres que hacían referencia a la época del franquismo o de la Guerra Civil. Veamos cuando y cuales fueron esos cambios.

¿Cuándo se produjo el cambio de nombres?

Fue en el año 2003, bajo el gobierno del Partido Socialista de Manuel Pérez Castell cuando, a propuesta del grupo Izquierda Unida, se tomó la decisión de proceder a la sustitución de 28 calles, con el voto en contra del Partido Popular. Para la propuesta de modificación se tuvo en cuenta los estudios realizados por el Instituto de Estudios Albacetenses y por el Aula de Historia de la Universidad Popular de Albacete. Algunos de los cambios más importantes fueron los siguientes:

Calle Alcázar de Toledo por Calle Juan Guspi

El Alcázar de Toledo es uno de los lugares más emblemáticos y simbólicos de la Guerra Civil Española. Su asedio durante el conflicto marcó uno de los episodios más dramáticos y recordados de la guerra. Antes del conflicto, el edificio servía como academia militar. Después del conflicto, Franco utilizó el Alcázar como un símbolo del nacionalismo español, y se llevaron a cabo restauraciones para reparar los daños. El edificio hoy alberga el Museo del Ejército, donde se exhiben artefactos y se cuenta la historia del asedio como parte del complejo legado de la Guerra Civil Española.

La calle que tomaba este nombre es aquella en que se puede encontrar el Instituto Amparo Sanz de Albacete. Ahora llamada Juan Guspi, un médico y político nacido en Madrid y fallecido en Albacete que fue el fundador de la Academia Médico-Farmacéutica de Albacete y presidente de la Cámara Agrícola de Albacete y de la Junta de propietarios de la Redonda.

Calle Defensores Simancas por calle Antígona

Otro asedio fue el del cuartel de Simancas en Gijón, que cayó en manos republicanas el 21 de agosto de 1936 tras más de 33 días de asedio. Se consideró como un acto heroico la férrea defensa del cuartel al mando del Coronel don Antonio Pinilla Barceló.

El nombre de esta calle, en el Barrio de San Pablo albaceteño, cerca del Parque de la Fiesta del Árbol pasó a denominarse como calle Antígona, una de las tragedias más conocidas y representadas del dramaturgo griego Sófocles, escrita alrededor del 442 a.C, y donde su personaje principal, Antígona, simboliza la resistencia contra la injusticia y la defensa de los principios morales por encima de las leyes humanas.

Calle Batalla del Ebro por Albasit

La Batalla del Ebro fue uno de los enfrentamientos más largos y sangrientos de la Guerra Civil Española (1936-1939). Se libró entre julio y noviembre de 1938 a lo largo del río Ebro, en el noreste de España. La batalla fue una iniciativa del bando republicano, que buscaba aliviar la presión sobre el frente norte y recuperar territorio perdido, además de intentar retrasar el avance de las tropas franquistas hacia Valencia y Barcelona.

El nombre de la calle Batalla del Ebro, situada en el Barrio San Pablo, pasó a ser Calle Albasit, nombre árabe de la ciudad, en 2003.

Calle de la Cruzada por calle de La Fragua

La denominación de «Cruzada» en el contexto de la Guerra Civil Española se refiere a la caracterización que hizo el bando sublevado, liderado por el general Francisco Franco y otros militares, del conflicto como una guerra santa o cruzada religiosa. El Cardenal Isidro Gomá y Tomás, Arzobispo de Toledo y Primado de España, jugó un papel crucial en la articulación y difusión de la narrativa de la «Cruzada» durante la Guerra Civil Española. Desde el comienzo del conflicto, Gomá apoyó decididamente a los sublevados, considerando el levantamiento como una defensa necesaria de los valores católicos frente a la persecución religiosa.

El nombre cambió por el de Calle de la Luna, que posteriormente pasó a llamarse Calle de la Fragua.

Calle Unificación por calle Garci Muñoz

Esta calle situada en el barrio de San Pablo era conocida antes de 2003 por el nombre de Calle Unificación, que conmemoraba la unificación entre la Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FE-JONS) y la Comunión Tradicionalista en abril de 1937.

Ahora la calle toma su nombre del pueblo conquense de popular castillo.

Calle Liberación por Calle Villarrobledo

Para las fuerzas nacionalistas, lideradas por el general Francisco Franco y compuestas por una coalición de fuerzas monárquicas, fascistas de la Falange Española, conservadoras y católicas, la «liberación» se refería a la lucha contra lo que consideraban el desorden, la anarquía y el comunismo instaurado por la Segunda República Española. Desde su punto de vista, «liberar» el territorio español implicaba restablecer la unidad de España bajo un gobierno fuerte y centralizado, reinstaurar los valores tradicionales católicos y eliminar las influencias políticas izquierdistas, anarquistas y separatistas.

El nombre de esta calle desapareció en 2003 para dejar paso a la denominación de la calle Villarrobledo, uno de los municipios más importantes de la provincia de Albacete.

Calle Comandante Vargas por Calle María Moliner

No se tienen muchos datos de identidad de esta personalidad que se considera mártir del movimiento nacional pero sí de su relevo como nombre de calle, María Moliner. María Moliner (1900-1981) fue una bibliotecaria, lexicógrafa y filóloga española, célebre por su contribución a la lexicografía del idioma español. Nacida en Paniza, Zaragoza, desarrolló gran parte de su vida profesional como bibliotecaria y se dedicó intensamente al estudio de la lengua española. Su obra más conocida es el «Diccionario de Uso del Español» (DUE), publicado por primera vez entre 1966 y 1967.

La calle María Moliner se encuentra cerca de la calle Federico García Lorca de Albacete, dentro del barrio de la Estación.

Calle Comandante Molina por calle Mariana Pineda

El Comandante Ángel Molina Galano fue cabecilla de la sublevación militar en Albacete, planificadores de la rebelión del Cuartel de la Guardia Civil de Albacete de 18 de julio de 1936.  Por su parte, Mariana Pineda fue una heroína española de Granada que se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad y contra la opresión durante el periodo de la Restauración absolutista de Fernando VII. Su historia es un emblema de resistencia contra la tiranía y ha inspirado obras literarias, teatrales y artísticas, siendo una de las más famosas la obra de teatro «Mariana Pineda» escrita por Federico García Lorca.

La calle Mariana Pineda es una céntrica calle de la ciudad albaceteña, cercana a la calle Carmen, calle Iris y al Parque Lineal.

Calle Capitán Cortes por Paseo de la Circunvalación

El Capitán Santiago Cortés González fue un militar sublevado que jugó un papel relevante durante el asedio al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, en Andújar, Jaén, durante la Guerra Civil Española. Este asedio es uno de los episodios más dramáticos y prolongados de la guerra, teniendo lugar entre agosto de 1936 y mayo de 1937. La larga avenida de la circunvalación que ahora todos conocemos tuvo el nombre de Capitán Cortés durante un largo tiempo.

Otros cambios de nombre

Cabe recordar que durante la dictadura franquista se levantó un monumento a la División Azul en Albacete, y la plaza que lo albergaba tomaba el mismo nombre. Ahora es conocida como Plaza de la Constitución y en ella puede verse una estatua de Isabel de Portugal. Igualmente el paseo de José Antonio pasó a llamarse Paseo de la Libertad o el Parque de los Martires se renombró como Parque Abelardo Sánchez. La calle Onésimo Redondo, fundador de la Jons, pasó a ser la calle Antonio Machado, entre otras.